El ‘Superbloom’ 2019: ¿la floración de la década?
(Artículo publicado en la edición 15 de la revista Mediterranews, de la A.C. Terra Peninsular.)
¿Y qué ha estado detrás de esos colores intensos? Nada menos que miles y miles de flores silvestres de diferentes especies que este año han dado un espectáculo imposible de ignorar.
Seguramente viste las fotos en redes
sociales, internet o incluso en la tele: campos inmensos en Baja California y
California pintados de naranja, morado, azul, amarillo, rosa.. como si un
artista hubiera salido de su estudio y en vez de pintar en tela, hubiera
escogido los cerros como su medio de expresión.
¿Y qué ha estado detrás de esos colores intensos? Nada menos que miles y miles de flores silvestres de diferentes especies que este año han dado un espectáculo imposible de ignorar.
Los naranjas de la amapola de California*,
los morados y lilas de los lupinos, phacelias y cacomites, los rosas de los
pincelitos, hasta los amarillos de la invasiva mostaza, han hecho de cualquier
paseo en el campo o incluso por la carretera, una experiencia casi mágica.
Quienes lo presenciamos por unas semanas
vimos la realidad transformarse ante nuestros ojos: los cerros y los valles
siempre de un apagado color café, de repente se convertían en algo que sólo en
la infancia podríamos haber imaginado: el mundo encendido de colores.
Pero, ¿porqué precisamente este año y no
todos?
Los que vivimos en Baja California y
tenemos suficiente edad, podemos recordar como algo no poco común, que alrededor
de febrero o marzo laderas enteras en las afueras de las ciudades, se “pintaran”
completamente de naranja y demás colores. Sin embargo, a partir del 2011 comenzamos
un periodo de varios años de sequía y los espectáculos tristemente
desaparecieron ya que, sin agua, simplemente no hay flores.
No fue hasta la primavera del 2017,
posterior a un invierno de muy buenas lluvias, que las flores regresaron. Aunque
no fue tan intenso como el de este año, ese fue el primer “superbloom” (o super-floración)
masivamente documentado en redes sociales debido al hashtag creado en
California (#superbloom), que para bien o para mal, lo dio a conocer al mundo.
Luego, en el 2018 sufrimos la peor sequía
en 68 años (62mm anuales de acuerdo a Conagua), acompañada de incendios de
magnitud histórica y la vegetación, lejos de poder dar flor, simplemente intentó
sobrevivir.
Pero el invierno del 2019 fue ‘un regalo
de los dioses’ ya que no sólo llovió por encima del promedio* *, si
no que lo hizo continua y suavemente a lo largo de varios meses, lo cual le
permitió a la tierra absorber como una esponja toda esa agua.
Aún así, sería fácil pensar que sólo la
cantidad de lluvia fue la responsable de la floración de este año, pero no es tan
sencillo, la naturaleza es más compleja que eso. Aunque tal vez nunca
entendamos por completo la razón detrás, la teoría más aceptada hasta ahorita†
es que fue el conjunto de sequía + incendios + lluvias el que detonó tal explosión
histórica de flores silvestres anuales.
¿Flores anuales?
Una forma de clasificar a grandes rasgos
a las plantas, es en anuales y perennes. Las anuales son aquellas que completan
su ciclo de vida, desde la germinación a la producción de semillas, en un año,
y luego mueren. Por el contrario, las plantas perennes son todas aquellas que viven
2 o más años y su crecimiento es más lento.
Sin embargo, las semillas de las flores
anuales necesitan una combinación de factores ambientales que le indican cuando
es el momento adecuado para germinar. Uno de esos factores son los incendios, ya
que su paso significa que sobre ellas ya no habrá vegetación que cubra el sol y
compita por agua y nutrientes. Por el contrario, el suelo estará vacío y nutrido
gracias a las cenizas y la tierra lista para ser colonizada. En general, en
años de flores, las áreas más abundantes en ellas son las que sufrieron
incendios en temporadas anteriores.
Otro factor que regula la germinación de
algunas flores anuales es el nivel de sequía del año previo. Es decir, después
de años muy secos, si las lluvias son favorables las semillas germinarán en
mayor cantidad. Y es así como en el 2019 todo se conjugó para la floración
masiva: las buenas lluvias con la intensa sequía del 2018 aunados a los
incendios previos.
¿Y este combo cuando volverá a pasar? ¡No
lo sabemos! Lo que sí recomendamos es seguir aprovechando lo que resta de la
primavera saliendo al campo, para celebrar que todavía quedan las últimas
flores de la temporada.
¿Cuál es la forma correcta de admirarlas?
Antes que nada, recuerda que las flores
son muy delicadas: una sola pisada las destruye completamente. No dejes que tu
deseo o el de tu grupo de captar la foto perfecta acabe con ellas. Camina sólo
en los senderos, no lleves perros sueltos, no las aplastes ni las cortes.
Cuando estés ahí, no te pierdas la
experiencia sólo fotografiándolas; realmente date el tiempo de apreciarlas.
Percibe sus formas, sus texturas, siente la suavidad de sus pétalos y hojas.
Date un tiempo para observarlas y nota toda la diversidad de insectos que las
visitan. ¡Hay tanto que las fotos de Instagram no muestran!
Por último, recuerda que no se vale admirar
a Baja California sólo cuando está en flor. Todos los ciclos son necesarios y aprender
a apreciar la vegetación en sus tonos ocres del verano y otoño es lo que
realmente te dará ojos nuevos con qué entender y valorar de corazón el lugar en
el que vives.
_______________
* Nombres científicos:
Amapola de California: Eschscholzia
californica
Cacomites: Dichelostemma capitatum
Lupinos: Lupinus sp. comúnmente Lupinus
succulentus
Phacelia: Phacelia parryi y Phacelia
cicutaria
Pincelitos: Castilleja exserta
Mostacilla: Brassica sp.
**Promedio anual: 210mm; invierno 2018-2019: ~310 mm (según Cicese)
Biografía de la autora
M.C. Paula Pijoan es apasionada y
promotora de la vegetación nativa del estado. Co-autora del libro ‘Plantas
nativas comestibles de Baja California’, ex vicepresidente de la Sociedad de
Plantas Nativas de Baja California, actualmente es a través de talleres,
recorridos y de su página de Facebook ‘Plantas Nativas de la Baja’ que divulga
información promoviendo el conocimiento, amor y protección de la vegetación. Su
más reciente proyecto, ‘Respira Bosque’ procura acercar a las personas a
experiencias sensoriales de contacto directo con la naturaleza mediante una
práctica japonesa denominada ‘baños de bosque’.
Contacto: paulapijoan@gmail.com
Fotografías
(Autora: Paula Pijoan)
SB 1 - Amapola de California en el cerro El Coronel,
Rosarito.
SB 2 – Pincelitos, Castilleja exserta (Valle de Guadalupe)
SB 3 – Campo en Valle de Guadalupe cubierto de ‘pincelitos’ (Castilleja
exserta)
SB 4 - Ladera con combinación de
amapola de California, Phacelia parryi y Pholistoma.
SB 5 – Ladera cubierta de Phacelia parryi y P. Cicutaria (área de La
Misión)
SB 6 – Detalle de Phacelia parryi, P. cicutaria y Pholistoma sp.
SB 7 – Detalle: amapola de California (Eschscholzia californica), cacomites
(Dichelostemma capitatum) y Pholistoma sp. (sin nombre común) (Foto: Ronald Zepeta)